Por: Noticiascaracol.com
La minería ilegal no sólo es el verdugo del medio ambiente, sino de las comunidades que deben lidiar con sus consecuencias y ahora con la amenaza del virus.
La explosión de una máquina amarilla generó uno de los más duros enfrentamientos entre el grupo especial de la Policía de Carabineros y varios señalados mineros ilegales sorprendidos en plena pandemia realizando extracciones ilegales de oro en el Cauca.
Este tipo de máquinas son la principal herramienta de los ilegales para extraer el metal precioso. Por eso, algunos mineros ilegales las defienden hasta con la vida.
En medio de la cuarentena, las autoridades han realizado operativos en varias regiones del país para combatir esta práctica, que, según el coronel Juan Carlos León, subdirector de la Policía de Carabineros de Colombia, algunos mineros ejecutan al ser instrumentalizados por las bandas criminales que se disputan ese negocio ilegal en distintas zonas del país.
“Tenemos 295 municipios identificados donde se realiza extracción ilícita de minerales. Antioquia está a la cabeza con 61 municipios; Cauca, con 24; Chocó, 21; sur de Bolívar, 17; Nariño, 16, entre otros. Allí, tenemos los grupos de minería ilegal trabajando arduamente para poder sacar de circulación todos estos grupos armados que se dedican a la actividad ilícita de extracción”, asegura el oficial.
Buriticá es uno de esos municipios de Antioquia a los que se refiere el coronel. Hace unos años esa zona se convirtió en uno de los centros más importantes de minería ilegal, pero, luego de una dura intervención de las autoridades, hoy sus habitantes gozan de una zona tranquila.
“Hemos visto que, del año 2015 para acá, la transformación de Buriticá ha sido pacífica, el desarrollo en la economía se ha visto marcado y a eso estamos apostando, a que se respire tranquilidad en el municipio”, señala Julio Guzmán, personero de Buriticá.
Cuenta la gente que las empresas mineras invirtieron en la zona y dieron empleo a miles de campesinos y mineros que, por fuera y por dentro de las minas, son cuidados por la Policía y un grupo especial conocido como los Topos.
“No sabemos qué nos espera en la superficie, ya que estas personas que ejercen la minería ilegal nos atacan muchas veces con los mal llamados tatucos. Pero, igualmente, nosotros nos sentimos capacitados”, asegura patrullero Luis Guerrero, topo de la Policía de Carabineros.
Son 20 hombres que preparó la Policía no solo para meterse en los laberintos de los túneles, sino también para enfrentarse a extremas condiciones ambientales a más de 200 metros bajo tierra.
Incluso, de rodillas, recorren los estrechos y pequeños laberintos construidos por los mineros informales para extraer ilegalmente oro. En un operativo realizado en diciembre del 2019 y que acompañó un equipo de Noticias Caracol, los policías encontraron, debajo de dos viviendas, los túneles más grandes construidos por las bandas para atravesar la montaña y llegar a polígonos legales que se explotan mediante títulos mineros.
De manera simultánea, en Bogotá, también para esa misma fecha, encontraron el centro de transformación de oro más grande de Cundinamarca. Allí, no solamente llegaba el oro robado en las minas, sino que también lo fundían para convertirlo en cadenas y hasta en grandes vasijas.
En ese operativo, 38 personas fueron detenidas, lo recuerda hoy el subdirector de la Policía de carabineros.
“Allí, estas personas tenían víveres hasta por dos meses y pues fue un golpe contundente a todas estas bandas”, dice el coronel León.
Golpes contra esas bandas que no paran, pues, según el oficial, en este trimestre ya van más de 200 capturados.
“Durante este tiempo de pandemia, de cuarentena, las actividades ilícitas de minería continuaron y, para ello, la Policía Nacional y la Dirección de Carabineros y la Fiscalía General de la Nación han realizado un total de 161 operaciones donde se han intervenido 954 minas, capturado a 228 personas y destruido 450 máquinas, gradas, retroexcavadoras, volquetas y también la inmovilización de este tipo de vehículos. También, se logró la incautación de 42 kilogramos de mercurio”, señala.
De acuerdo con el coronel, el oro sigue siendo el mineral más explotado ilegalmente debido a su fácil comercialización dentro del país. “Esto ayuda al financiamiento de estos grupos ilegales para poder así hacer las operaciones en contra de la Fuerza Pública”, sostiene.
Jaime Artega de Brigard, director de Jaime Arteaga y asociados, está al frente de la brújula minera, una encuesta que le mide el pulso a las distintas problemáticas de este sector. Dice que el mercado de este mineral no se ha visto afectado por la pandemia y que los ilegales intentan tomar ventaja en medio de la emergencia sanitaria.
“Se produce una tormenta perfecta para la actividad ilegal del oro y las actividades criminales que hay detrás de esa explotación ilícita aumentan, por un lado, el precio del oro sigue subiendo y esto hace que sea un incentivo para aumentarlo y, por otro lado, los controles frente a la pandemia dificultan la movilidad y el control efectivo del territorio”, explica.
El Clan del Golfo y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, recalca el coronel León, son los grupos que más se disputan el negocio criminal. En esta guerra sufre el medio ambiente, que se ve duramente afectado, y también las comunidades, que no solo viven confinadas por los combates, sino por la pandemia del coronavirus COVID-19, su nuevo verdugo.